28/7/08

Suicidio nº 27

Sentadas sobre unas rocas empapadas por el tránsito de un río cristalino, dos niñas hablaban, conversaban, como si el día no tuviera suficientes horas y el futuro fuera posible construirlo a tu gusto.

-Ojalá el amor fuera lo primero que llamara a mi puerta de ese modo estaría segura de conocer mi destino y saber que ya es hora de dar un paso hacia delante.

-El destino es algo que siempre va a jugar en mi contra, o eso me ha demostrado hasta ahora.
La mirada de la niña seguía fervientemente el movimiento de sus pies descalzos dentro del agua, creando hondas y formas diversas en la superficie translúcida que al mismo tiempo reflejaba su rostro.

-Siempre he esperado que los cuentos de hadas y princesas se hicieran realidad ante mis ojo, pero hoy he descubierto que no es así, y me alegra saber que voy a tener que enfrentarme a ese destino, a ese azar, para poder llegar a conseguir un poco de felicidad.

-La felicidad es efímera, ni siquiera es algo que puedes llegar nunca a poseer. Es algo que pasa delante de tus ojos, en el momento preciso en que tu estas mirando hacia otro lado.

La primera niña se deshizo el lazo de la cabeza y se lo anudó a su amiga en la muñeca.

-A veces no hace falta prestarle atención. Basta con acogerlo con los brazos abiertos y disfrutar el tiempo que pasa a tu lado.

-Nunca es el suficiente.

Ambas se levantaron al unísono al escuchar una voz que reclamaba su presencia. Nada es tan cierto como la sinceridad de un niño. Por desgracia, llega un momento en toda persona en que esa alegría e inocencia nos abandona, dejando paso a las preocupaciones y a la desconfianza. Nunca seremos del todo felices.

El destino siempre se pone en nuestra contra.




Del puño y letra de Phoebe
By Sylvia