30/7/10

Suicidio nº 77

Just Like a Pill

Somos todos drogadictos. Dependientes de algo o de alguien (Algo grande, pequeño, imaginario, real, ficticio... ) Hay tantas formas de ser drogadicto de las cosas que la vida nos ofrece. Es fácil caer en la tentacion de muchas de ella,s y de otras ni siquiera nos damos cuenta de que los somos, hasta que nos lo quitan y notamos el "mono".
Parece absurdo, pero hoy lo he estado pensando, y sé que todos en el fondo de su corazón saben que son drogadictos a algo (o a alguien, repito) sin lo cual su vida perdería el esntido, y vagabundearían a la deriva de la vida, sin ningún tipo de meta a la vista, como si todo perdiese el sentido.
Lo voy a decir, y repetir las veces que haga falta. Somos idiotas, tenemos tanto y cada vez deseamos más, y más, y más. Nunca nos es suficiente. Pues yo ya he dicho basta. Creo que por fin o tengo ninguna adicción que en este momento me puedan quitar y me destrocen el alma por dentro... ¿O tal vez si?
Hasta que no me lo quiten, no lo sabré. Esto es como la felcidad, uno no sabe que es poseedor de ella, ahsta que ésta desaparece.

Del puño y letra de Phoebe

28/7/10

Suicidio nº 76

LOnDrES

He visitado esta ciudad mágica y no tengo más que buenas palabras para ella y un dolor de estómago horrible para su comida, pero bueno, no todo puede ser bueno.
El hotel, aunque cutre, me gustó, ¿Porqué? Porque a pesar de todo,e ra limpio y cómodo, no podiamos pedir más para nuestra estancia, ni con menos.
Lo que me encanta de verdad de esta ciudad, es su diversidad. Creo que hay como siete, ocho, o todavía más ciudades dentro de una misma. Yo me encontré viviendo en el barrio de Kengsinton, luego llegabas a Victoria Station que era cuanto apenas tres paradas, y era otro universo. Piccadilly apenas aprecía que estabas pisando la ciduad de Londres, si no que te encontrabas en algo mucho más grande, epro a unos cuentos pasos, veias el Big Ben y decias... ¿Que ha ocurrido con esa ciudad abarrotada? Sin lugar a dudas, me fascinó sobre todo Camdem, la eterna ciudad-mercado, que para mid esgracia no vimos entera, pero de verdad, increible lo grande que puede ser un mercadillo. Me gusto que la gente fuera tan ella misma, que pudieran pasar por delante de gentes tas dispares, con estilos, de vida y de vestir tan extravagantes y extraños, que a nadie le importase como eres en realidad.

No sé que más podría decir, de una ciudad que me ha impresionado y se ha ganado mi respeto. No es para nada como otras ciudades que he visitado, Paris me pareció mucho más presuntuosa, y de Madrid no tengo más que malas palabras, porque no me parece un lugar donde vivir, si no, simplemente, un sitio donde esta bien ir de paso.

Londres, mágica, de día y de noche, tan cercana como un pueblo, epro sin dejar de ser una gran ciudad. Es extraño.

Del puño y letra de Phoebe
By Sylvia.