25/11/08

Suicidio nº 31


Cuan importante es una mirada.
o
Des yeux jaunes.

De nuevo, avanzaba el ánimo desconsolado por los escalones de aquel lugar, sin vida, sin ánimo, sin ningún tipo de esperanza, que le obligara a subir un nuevo escalon. Sólo, bailaba en su cabeza el volver a verle. Al nombrarlo mentalmente, sus labios se tensaron, en una sonrsa pícara e indiscreta, como un niño que acaba de cometer una maldad y no han dado con él. Era su pequeño secreto, y eso, le encantaba.

Mientras se acercaba al tercer piso, con todo el peso del lugar en las plantas de los pies, como plomo, su corazón iba bombeando más deprisa, como una locomotora a punto de salir de la estación. Sabía que en cualquier momento iba a aparecer por aquel lugar, con su estela brillante, que continuaría en mi mente, como bien recordé, durante al menos una hora entera. Estaba deseándolo.

No conocía su nombre, no conocía su procedencia, edad, ni siquiera su voz. Pero aquello no me importaba. Su pelo era casual, y sus facciones masculinas, aunque corrientes. No, no era eso lo que mi corazón anhelaba ver. Eran sus ojos. Aquellos maravillosos y fulgurantes ojos, de un color tan impactante, tan sobrecogedor y al mismo tiempo dulces, sinceros. Parecían atravesarme con rayos X cada vez que fijaba su mirada en algún lugar.

Aquel día, se posaron en los míos. Mi corazón dejó su ruido molesto, hasta casi pararse en seco. Era tan maravillosa la sensación de que me observara, aunque fuera por una milésima de segundo...

Entonces, aquel día, aquel preciso día, en aquel preciso instante, de aquel precisísimo lugar, pasó algo que jamás hubiera imaginado. Volvío de nuevo la mirada hacia mi. Otra vez, como si jamás me hubiera visto -seguramente eso es justo lo que pasaba, que nunca me había mirado-

Se quedó parado en seco.

Me quedé de piedra. Dejé de oír a mi corazón. Maldita sea, necesitaba una aliado en aquel momento, y mi única compañía se había quedado muda.




Maldita sea. ¡REACCIONA!



Reacciona...




Del puño y letra de Phoebe
By Sylvia

19/11/08

Suicidio nº 30

Y con un número redondo, comienzo una actualización redonda.


MUSAS

Hace tiempo que no he escrito, que no me pongo seriamente frente al teclado, ni si quiera para rellenar una triste página de Word. ¿Y porqué? Porque la inspiración no acude a mi, las musas, todo lo que flotaba alrededor de mi cabeza, ha caído marchito a mi alrededor, en forma de neblina que agarra mi corazón como un puño, no dejándolo apenas respirar, y mucho menos expresarme.
Y, después de mucho tiempo, he descubierto porqué.

El vacío. Hace tiempo que estoy vacía por dentro, como una cáscara de nuez sin el fruto.

Vacío. No hay nada dentro de mi, funciono por intuición, me levanto cada mañana con la idea de ir a un lugar y volver al mismo tras terminar, de salir por salir con los de siempre, de no pensar en nada ni en nadie en ningún momento, no por egoísmo, si no por vacío. Necesito algo que llene ese vacío.

Eso crea una serie de cuestiones en mi interior:

¿Podré hacer algo? ¿Hay alguna cosa que pueda ayudarme en esto?¿Alguien? ¿Qué es lo que realmente necesito?

Porque no sé que demonios pasa. Estoy realmente irritada, IRRITADA, porque no sé que demonios pasa, porque el vacío no se puede explicar, solo soy capaz de escribir estas torpes palabras incoherentes para mostrar mi frustración y mi desconsuelo al no poder hacer nada, NADA, para ayudarme a mi misma, para llenar aquello que me falta.

Podría cortar en pedacitos parte de mi cuerpo, un brazo, por ejemplo, y seguro que no siento nada. No hay nada que me motive, nada por lo que tenga ganas de levantarme, nada que me haga quedarme pensando como una idiota horas y horas. Nada me preocupa, nada me cansa, nada me estresa, nada me da ánimos, nada me da calor, nada me da ... nada en absoluto.

Estoy vacía. Y estoy harta de ser como un ser artificial por la vida.


Parece que doy una imagen dura. Tal vez una imagen de pesada, hago que la gente murmure a mis espaldas. Pero eso sigue sin importarme. Sólo necesito algo.



Quiero algo que me motivo. Necesito que las musas vuelvan a florecer.

Si alguna musa me está escuchando, por favor, llámame sin ningún tipo de miramiento. Necesito un empujoncito.



Del puño y letra de Phoebe
By Sylvia