30/9/10

Suicidio nº 83

Le miré. Le miré, miré y miré sin dejar de echarme la culpa de lo que le estaba ocurriendo. Pero ya era tarde para los almentos o las disculpas. Ella había dejado de llorar, no le quedaba ni una ma´s que derramar por mi. Es una suerte, pues no creo quelo hubiese soportado. Ella, ahí delante, con el camisón de seda que tanto me gusta, y sin dejarme entrar en lo que un día fue nuestra casa. me dijo algo. Creo. Yo aún le miraba, sin poder decir nada. Parpadeé un par de veces y miré hacia el suelo. No me merecía ni su cariño, ni su perdón, pero sin embargo, ahí estaba yo, de pie, esperandoq ue me abrazara y me ebsara como siempre. No iba a ocurrir. Nunca más ocurriría. Cogí la maleta, que con tanto cuidado ella me había dejadoa los pies. Y sin decir nada más, cerró la peurta ys e apoyó sobre ella desconsolada. Yo hice lo mismo, tal vez para sentir su presencia tras esa gran puerta de madera, auqnue no sentí ma´s que la humillación y la vergüenza que yo mismo me había buscado.

Baje las escaleras y me marché. Es la mejor decisión que he tomado en mi vida. Ella al menso no tendrá que sufrirme nunca más. Yo sé que repetiría viejos errores conviertiendolos en nuevas heridas.


Del puño y letra de Phoebe

1 comentario:

inki dijo...

Silvia ^^! Ña me paso bastante por aquí, aunque de manera silenciosa :). Gracias por pasarte por mi pequeño rinconcito (ahora más paliducho que de costumbre :P).

El texto en sí me gusta mucho, espero que te vaya todo genial, a diferencia de la mujer del texto, yo aún guardo la esperanza de volvernos algún dia :), y seguro que sí porque ahora voy a tu facultad *.* muajajaja chachi!! (se me va xD).

En fin, muchso besitos guapa!

Paula.