Hay días que sientes que no estas en tu propia piel, que los pies que te llevan de un lado a otro no son propios, que tus pasos están silenciosamente guiados por otros pensamientos que no son los tuyos. A veces, me sorprendo Pensándote y al mismo tiempo, me veo en un lugar que no corresponde a mis deseos. Y mi garganta me pide descargar mil gritos al aire, mientras articulo sencillamente, palabras vacias y repetidas a diario.
Pero me siento, como que me falta parte de la piel y tengo que recuperarla tocando cada centímetro de la tuya. Notarla caliente bajo mis manos. Oler tu cuello y sentir tu pelo contra mi propia piel. Besar tus labios y sentir tu espíritu junto al mío. Las yemas de mis dedos anhelan envolverte. Porque resulta tan difícil permanecer siempre en continuo contacto. Porque la vida nos obliga a separar nuestros labios y nuestras almas a diario.
Son pensamientos que me recorren día a día. Pensamientos de deseo y pensamientos de felicidad.
Al menos, eso. Deseando ser uno contigo.