Suicidio nº 460

Va y viene, coge y suelta, da y quita. Las lenguas del mar besan mi piel, acarician mi espíritu, y al instante, sin darme cuenta, me deja sola. La sensación de la arena entre mis dedos, es tranquilizadora. La siento, la percibo, estoy viva y puedo disfrutarlo. El olor me transporta, a casa, siento seguridad cuando el salitre inunda todo mi espíritu, y me dejo llevar por su abrazo marino.

Cada paso por la orilla queda borrado por el mar, con envidia de que sea capaz de dejar huella. Hace desaparecer mis pasos y mis errores, mis debilidades y mis malos pensamientos. Mis miedos no tienen tanta fuerza si el océano está de mi lado. La brisa se intenta llevar mis cabellos, los mece, balancea mi alma casi sin quererlo.

Me siento feliz, bien tranquila. Amada, querida, protegida. Me sumerjo el en agua y todo está mejor que bien, me siento más rodeada de amor que nunca, me siento, otra vez, en el hogar. Que sensación tan maravillosa.