Hace unas semanas, me empecé a agobiar, me daban ganas de tirarme del pelo, pero ya me he dado cuenta de que no es necesario sufrir por lo que aún está por llegar. No es necesario adelantar acontecimientos que todavía no son o no serán. Que pase lo que tenga que pasar y que el mundo gire como debe seguir haciéndolo.
No sé si ahora mismo estoy muy poética, y creéis que lo veo todo de color de rosa. No es así, pero tampoco podemos amargarnos cuando las cosas no han ocurrido. Cuando llegue el momento las afrontaremos, para bien o para mal. Hay que estar preparados, eso sí, no debemos ir a ciegas.
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