2/3/15

Suicidio nº 388

Mentiras

Justo cuando creía que no podía ir a peor, la situación se volvió todavía más incómoda. No sabía donde meterme o qué responder después de mis descaradas mentiras de anoche. Hay momentos en la vida donde uno debería callarse y seguir con la cabeza agachada toda la cena, pero hay otros, donde el alcohol juega un importante papel, donde tu boca, movida sin órdenes de  tu cerebro, transmite información de la que te arrepientes nada más pronunciarla.

Hay algunas cosas que podrían quedarse en nada y ser inocentes para siempre. Otras sin embargo, te hacen decir una detrás de otra sin ningún tipo de filtro. Lo peor, a mi parecer, no es la vergüenza que te hacen pasar, ni la poca credibilidad que tendrás a partir de ese momento. Lo peor es sentirte sucia y triste por no tener una verdad con la que sostenerte en ese momento. Apoyada en mentiras no estás más segura que sobre una silla con tres patas.

Y ahora, en este momento, no se como emerger de mi agujero de falsedades sin pringarme de arriba a abajo. Socorro.

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