Suicidio nº 210

LOS DÍAS DE MIERDA

Voy a dedicarle esta entrada a eso que está presente en nuestra vida, que hablamos de ellos y nunca los olvidamos, y eso que hace que nuestro día a día tenga un poquito más de sal: los días de mierda.

Son días que aparentemente empiezan con tranquilidad, que parece que no ocurre nada nuevo, pero de repente... PAM te engañan y resulta que son días oscuros, que se escondían detrás del sol brillante que ha salido por la mañana, para joderte en las pequeñas cosas de la vida primero, y en el corazón y  la mente después.

En primer lugar, les gusta atacar con decepciones, tipo: se ha acabado mi zumo favorito, o en el mercado no hay galletas de la marca que más me gusta. Después ya toman más forma: se revienta la rueda del coche nuevo, o vas a clase pero el profesor no, y tu no lo sabías.

Hay veces que convierten una situación buena, en una mierda: Consigues un trabajo estupendo, tienes la entrevista ese día, y el transporte público decide hacer huelga sin dejar un horario claro. 

Lo peor en mi opinión de estos días, es que sin duda, irán más a peor según avancen. Cuando crees que no puede cagarse más la cosa, ocurre algo de eso inesperado, que pensabas que sería bueno, relajante, que te gusta, como acudir al gimnasio o llegar a casa a leer el libro que te gusta. Pero, no llegas a tiempo para tu clase, y no sabes donde coño has dejado olvidado ese libro.

A lo mejor todo suena un poco atropellado hoy en esta entrada, pero he tenido un verdadero día de mierda, llego de cancelaciones, carreras para no llegar a ningún sitio, y mensajes de mierda que no quiero ni recordar. Así que cuando tengáis un día de estos, soportadlo con una sonrisa, llorad un poco cuando lleguéis a casa, y mañana será otro día, de verdad, lo prometo. Y será mejor.