Entrada especial por ser la número 300 y por ser el resumen del primer y maravilloso viaje del 2014.
ROOOOOOOOMAAAAAAA
Hacia años que tenía pendiente visitar esta ciudad, y ahora que la he visto ya se porque. Es maravillosa. En cuatro días, hemos pateado todo lo pateable. Lo hemos visto TODO y cuando digo todo... es toooodo. Lo que más me impresionó fue el Panteón. Realmente increíble. La ciudad del vaticano me conmociono. Las calles son mágicas, el lugar parece parado en el tiempo. No creo que pueda seguir describiendola, hay que verla. Genial.
Roma huele a historia en cada esquina. Es sorprendente. Vuelves más inspirado, como si la genbte que hubo pisado en el pasado esas mismas baldosas que tu pisas, te contasen su historia personal. Eso es lo positivo de un lugar que conserva todo su esplendor del pasado, aunque es bien cierto que el mantenimiento no es nada barato y hay lugar tristemente abandonados o poco restaurados. Pero bueno, lo importante y reconocido tiene un brillo propio.
Tomarse un helado, o un café caminando por sus calles es simplemente un lujo. Eso si, hay que recordar siempre no sentarse a una mesa a tomar tu capuccino, porque si no se aprovecharan en el precio y no querrás volver jamás. En cambio un take away sabes que está riquisimo y no te decepciona. Los helados, saben... simplemente saben. Es un sabor fuerte, natural, incomparable. De verdad que me dejó sorprendida.
El arte, creo que sería un punto a destacar. Para las personas que como yo han estudiado historia del arte, es volver a tu aula, pero en un sitio maravilloso. Repasar uno a uno todos tus libros, no solo de arquitectura romana, si no de pintura, escultura... de verdad, una locura en si misma.
La religión te conmueve. Da igual si eres católico, ateo, judío, musulmán. Se respira fe, tranquilidad, espiritualidad, y es algo que está en el ambiente, en las personas. Es tan natural que te embriaga y hace que vuelvas a tu casa con el corazón henchido de amor y de respeto.
Creo de verdad, que es una ciudad para volver. Para parar en cada esquina y disfrutar, oler, sentir cada rincón. Es maravillosa y desde este pedacito de internet os invito a todos a descubrir este lienzo en vida que es la ciudad de Roma. Nos queda tanto mundo por descubrir, que cada vez me siento más pequeña
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