Suicidio nº 122

Promesas

Me gustaría prometerte tantas cosas. Me gustaría darte todo lo que quieras, y que cada segundo de tu existencia fuese genial a mi lado. Pero las cosas no son siempre como nos gustaría.

No te voy a prometer, que todos los días estaré feliz, ni que no discutiré contigo, ni que no diré cosas, de las que más tarde me arrepienta. No te prometo que no lloraré cuando me sienta triste, cuando la rabia me coma por dentro o cuando piense que es importante, aunque sepa perfectamente que la gran mayoría de esas veces es por tonterías, sobre todo, porque cuando lloro, me gusta que me consueles, y es por eso que no dejaré de hacerlo. No te prometo tampoco no gritar ni comportarme de manera irracional, porque soy humana y tendré mis momentos de locura, y de no saber que estoy diciendo exactamente. No quiero prometerte que nunca te haré daño, porque a lo mejor lo hago, pero si te prometo que será siempre sin querer. No te prometo darte la razón siempre, porque me gusta tenerla. No te voy a prometer tampoco que todo serán momentos felices y que nunca pasará nada malo, porque la vida tiene unos altibajos, que sin duda, quiero pasar a tu lado, porque yo sola no puedo, pero cogiendo tu mano puedo cruzar montañas. No te prometo que me tengas para siempre, porque me gusta ser libre, aunque por otro lado no puedo prometerte que no vaya  a agobiarte un poco, porque me preocuparé por ti cada segundo de mi vida. No te puedo prometer no ser egoísta, aunque si te prometo intentar mirar lo mejor para los dos. No quiero prometerte que no te haré de rabiar, porque me gusta hacerlo y reírme, aunque si prometo no herir tus sentimientos con eso. No puedo prometerte que hablaré menos y seré menos pesada, porque así soy yo y me encanta hablar contigo y que me escuches.

Solo te voy a prometer que te querré para siempre. No creo que pueda romper esta promesa jamás. Aunque bien dicen nunca digas nunca, prometo que tienes un espacio en mi corazón que casi lo llena por completo, prometo que me sentiría vacía, como sin alma, si no estuvieses a mi lado, y prometo que quiero pasar toda la vida contigo, viendo pasar la vida, viendo pasar los años.

Suicidio nº 121

 ¿OTRA VEZ MARIONETA DE LA MODA?

Una vez ya escribí una entrada parecida a estar, pero es que, necesito reafirmar mi opinión sobre la gente que trabaja en el sector de la moda: Desde aquí os pido, por favor, que unifiquéis las tallas, por lo menos dentro de un mismo país. Me niego a ponerme desde una 36 hasta una 44, porque sinceramente, siento que me vuelvo loca.

La 38, en serio, se supone que es lo que debería valerme... ¿Porqué queréis destrozar mi ánimo haciendo que una 42 no me venga? Así me siento horriblemente gorda, fea y sobre todo, acomplejada... luego pienso ¿En serio he engordado?

Lo mismo os digo para las tallas de S, M, L, XL... No es posible que una L me esté genial, y de repente me venga grande y me quepa una M y al segundo, una XL me está estupenda porque la L me aprieta... ¿En serio? ¿Que os pasa por la cabeza?

Pienso muy en serio que vuestro plan es acomplejar a la mujer y a las niñas más jóvenes. Yo aún, me desanimo pero digo ¡Va! ¡Yo estoy estupenda! Sobre todo, porque soy una persona positiva... pero hay quién cae en una depresión increíble de la que no puede salir a no ser que adelgace 5 kilos y quepa en una 34... ¿A que precio? ¿A costa de la salud?

Las modelos... ¿Modelos de qué? A mi no me sirven de modelos para ropa para mi misma, ya que yo no puedo tener esas medidas,porque yo soy una mujer NORMAL, de talla NORMAL (Tal vez un poco hasta grande, ¡Pero es algo que me gusta!) a la que le gusta encontrar ropa de su talla y que le quede perfecta.

Sacan ropa nueva y llegan las rebajas ¿Y que ropa queda? Las de tallas más pequeñas, porque, aunque sé que de igual forma que hay mujeres grandes, por constitución, también hay mujeres de constitución pequeñas, no es la talla media. ¿Y qué ocurre? Que tu ropa pronto desaparece. Igual que los zapatos. Hoy en día, una mujer, una chica con una 37 ya es raro, las tallas han subido... vas a una tienda y en el probar una 36 o una 37... ¿En serio? ¡Lo tienes aquí porque casi nadie va a comprartelo! Ya casi nadie baja de la 38... pero vamos. Esto ya es un poco más de sal a la herida, que quiero resumir como: si vuestro público tiene unas características específicas ¡Dadles lo que quieren! ¡Queremos que la M y la L no sea lo primero que desaparece de la tienda por no haber traído suficientes!

Ahora, volvamos al problema más principal: chicas jóvenes, que están perfectas, que se embarcan en el complejo y en la baja auto estima. Depresiones, bajas, llantos, baja forma, salud deplorable... ¡Cuantas cosas se podrían evitar, solo siendo realistas! Nadie quiere una mujer de revista. A lo mejor a los hombres les puede gustar mirar, pero seamos sinceros, a la hora de la verdad, o la mujer tiene curvas, o tiene poco que hacer, ¡Porque ahí radica la belleza femenina!

Y no creáis que esta será mi última entrada, apoyando la belleza femenina, las curvas y que nos tomen por fin como bellezas tal y como somos, porque creo firmemente que hay muchas personas que necesitan que día a día les digan que tal como son, están perfectas, que me encantan, que unos kilos de más no van a acabar con nuestra vida, y que obsesión por la belleza es banal, porque en el fondo, lo que siempre va a quedarnos es como somos de guapos por dentro.

¡Espero que nadie diga nunca que le falta adelgazar un poco para ser feliz!

Suicidio nº 120

 NUNCA TE FIJARÍAS EN MI

No me he atrevido nunca a decirte lo mucho que te quiero. De hecho, me moriría si lo supieras. En mi cabeza, fantaseo con la idea de coger tu mano, besar tus labios y acariciar tu cabello. Soy demasiado cobarde para hacer todo eso, casi prefiero la mentira.

Verte cada día trabajando codo a codo conmigo no me ayuda demasiado. Tus ojos, son tan inmensos como el mar, me sumerjo y me dejo llevar por ellos cada vez que los miro. Pensarás que soy idiota, pero es que tu mirada verdaderamente me deja sin habla. Tienen una forma almendrada perfecta, que combina con las curvas de su rostro. Esos pómulos que sobre salen tan perfectos cuando sonríes, enseñándole al mundo una hilera de dientes blancos, impolutos, hipnotizadores. Me quedaría horas mirándote mientras sonríes. A lo mejor tú no lo has notado, pero todo el mundo se siente iluminado por tu sonrisa. La gente se queda más feliz cuando les hablas, pareces desprender una magia celestial que hace sentir bien a todo aquel que es alcanzada por ella. Hablar de tu cabello, simplemente no hay palabras suficientes. Tu cabello es para mí, como el otoño, como las primeras hojas caídas, esa sensación de escalofrío y calor al mismo tiempo es lo que provoca. Largo, lacio, suave. Es como terciopelo mimado con cariño.

Nunca sabrás todo esto, pero me moriría por estar a tu lado cada día de nuestra vida. De momento, mi cobardía me hace conformarme a tener tu preciada amistad guardada bajo llave en lo más hondo de mi corazón. Si tu mano roza sin querer la mía, mi cabeza grita de júbilo y se vuelve loca de felicidad. Ese es mi fin máximo, la felicidad, pero no la mía, la tuya sin lugar a dudas. No hay nada que desee más que todo lo que haces en la vida, todo lo bueno, la gente a la que ayudas, tu amor, se vea recompensado por años y años de la felicidad más absoluta. Si fuese a mi lado, sin duda me sentiría honrado, y no descansaría hasta ofrecerte todos tus deseos en bandeja.

Nunca te fijarás en mí. Pero te amo con toda mi alma.

Suicidio nº 119

Merkel y Sarkozy

La cumbre de ayer en la que se reunieron los dos dirigentes políticos, de los dos países con más influencia de la zona euro, terminaron su encuentro con algunas propuestas interesantes. Lo que a mi me aparece aún todavía más sorprendente, es que de verdad, llegaran hasta alguna propuesta.

Sobre organización económica, las propuestas que eligieron, no han resultado ser del todo acogidas por los bancos y las economías europeas. Los dos jefes de gobierno "apostaron por una mayor integración de la zona del euro y rigor en el gasto público como fórmula para recuperar la confianza de los mercados frente a la crisis actual, y apostaron por fijar un techo máximo de déficit para los países del euro, que debería incluirse en sus respectivas constituciones" Según rtve Esto, aunque parece una solución para un corto espacio de tiempo, no termina de convencer como solución al problema de la crisis a largo plazo. Y no es de extrañar, es seguro que los políticos necesitan que el pueblo vea sus resultados inmediatos, pero en mi opinión, es mucho más preocupante, no que comeré hoy, si no si mañana podré conseguir comida.

 Por otro lado, también propusieron crear un gobierno económico para la zona euro, que se reuniese regularmente, y no un presidente a su cargo. Esto lo que haría, sería solucionarlo también, quitándose los jefes de estado de todos los países un peso de encima. Es decir, un gobierno económico para toda la zona euro, representarí9a dar poder, a una persona que no podría estar en todos los países, solucionando el problema de la gente de a pie, si no, arreglándoles la economía a los bancos y empresas de los países, que en mi opinión, so los que necesitan menos ayudas. Esta idea, sin embargo, ha calado bien en Europa, y están pensando llevarla a cabo.

 

Por lo menos, han dado los primeros pasos políticos, de una vez por todas, como es sentarse tranquilamente a hablar del problema. No soy una persona muy experta en estos temas, pero me gustaría ver algún tipo de resultado alguna vez, en vez de tanto "estamos trabajando en ello". Parece que Europa se esta cavando poco a poco su propia tumba, y todos nosotros nos hundiremos con ella. No sólo España se encuentra en una posición precaria en cuanto a empleo y a salarios bajos. Los países europeos están igual de tocados que el nuestro, solo que para nosotros, es mucho más fácil echarle la culpa a nuestros políticos, que informarnos de verdad de lo que pasa fuera de nuestro pequeño país.

Repito que no soy muy experta en estos temas, y siempre estoy abierta a la crítica constructiva y al debate, y más cuando son temas de tanta importancia.

Suicidio nº 118

 TROZOS

Partirse un trozo de tu corazón es más sencillo de lo que piensas.

Hay veces que nos sentimos abandonados y no sabemos muy bien como hemos llegado hasta ese punto. Yo soy una de esas personas. En un instante de tu vida lo tienes todo y al siguiente paso nada. Creo que yo soy experta en perder en el juego de vivir, pero vamos, esta vez, creo que me he superado. No sé como he soportado todo lo que he aguantado. Creo, que por el fantasma del amor. Creía que el amor lo podía todo, me tenía cegada por una venda de mentiras y engaños. No he podido soportarlo más, he tenido que zanjar esto de una vez por todas. La gente me mira al pasar. No me extraña. Mis ojos, normalmente azules muy intensos, sonrientes, llenos de vida, estaban muy enrojecidos e hinchados por el llanto. No es malo, ojalá no me mirasen todos con tanta compasión. Me gusta terminar llorando, porque así puedo descargar la ira, la rabia, y todo los sentimientos negativos que inundan mi alma.

Tengo ganas de estampar el teléfono. Ni una llamada, ni una. Esta claro que no le ha importado mi marcha. No se habrá dado ni cuenta de que en esa casa no he dejado nada mio, más que mi ausencia. Y ni una llamada. Eso es lo que siempre más me ha frustrado ¿No soy nada para él? ¿A que juego he estado jugando de auto engaño? Mejor dejar de pensarlo. En la primera papelera que veo, el móvil encuentra su destino. Ahora no viviré preocupada de que me llame, de sus palabras, de su voz, de que se tome unos minutos de molestia para hablar conmigo, de preguntarme que tal estoy, de darme las gracias por seguir a su lado.

Con esto me siento liberada, puedo respirar bien hondo. Me volverán a hacer daño, sin duda, pero estaré más alerta, no van a tomarme el pelo tanto tiempo.

Recompondré mi corazón con tiritas, con celo, con grapas, con cualquier cosa que encuentre, porque sé que él no va a venir a repararlo, no le importa su estado. Pues desde este instante, él ha dejado de importarme a mi.

No es algo personal, es que hoy he tomado las riendas de mi vida.

Suicidio nº 117

 Hermana

Por si acaso no recuerdas mis abrazos, te diré que siguen ahí aunque creas que ha sido tarde. Tarde, para darte cuenta de todo lo que hemos vivido juntas, y tarde para que mi amor siga siendo por ti tan puro como siempre. Sería una tontería pensar eso. El amor que sentimos la una por la otra es imposible romperlo, esta más allá de la vida y de la muerte, está más allá de la gente que conozcas a tu alrededor, o de aquellos que aparezcan de pronto en tu vida. Lo llevamos en la sangre. El amor de hermanos es lo único que perdura eternamente.No importará cuantas veces nos gritemos, no importará si me rompes lo que yo más quiero o si me dices que me odias. Todas esas cosas se pierden por la rabia y la furia, después del vendaval viene la calma, allí donde vemos las estupideces que hacemos y donde nos arrepentimos en lo mas hondo de nuestro corazón por nuestras palabras feas, o nuestros actos irracionales.

Yo también tengo de esos momentos, pero te quiero aún así. También te he gritado, alguna vez nos hemos tirado del pelo, y cosas que duelen más que los simples hechos físicos, pero nunca, nunca, te mentiría, nunca. Nunca te dejaría a la deriva.

Podríamos pasarnos años enteros sin hablar, años sin una llamada, aunque me rompería el corazón, te recibiría con los brazos abierto y con más ganas que nunca de estar a tu lado siempre. Sé que tu te sientes igual, porque has estado conmigo en los momentos más duros de nuestra vida, juntas, esperando esa palabra o esa caricia que solo tu podrías darme, y que yo sólo podría darte a ti.

Somos una parte de un mismo corazón, un corazón que jamás dejará de latir, y que nadie más comprenderá porqué es tan especial, si no tiene un hermano sobre el que apoyar todo el peso del mundo, y sobre el que llorar cuando todo parece ir mal.

Espero que lo tengas en cuenta, cuando necesites llamar a mi puerta. Nunca la he cerrado para ti.

Suicidio nº 116

 El mundo mágico de Harry Potter

Hoy voy a hablaros de algo que ha estado en mi vida muchos años, y que ha sido una parta importante de mi infancia y de mi adolescencia: Los libros de Harry Potter

Yo, como cualquier niño de 11 años, estaba deseando recibir mi lechuza y descubrir que no era sólo una muggle más. Luego, aunque estaba decepcionada, descubrí que por Internet también se puede hacer mucha magia. Gracias a los foros, encontré a mucha gente loca por todo este mundo como yo, y así he descubierto algunas de las mejores personas que conozco, como amigos.

El primer libro que me leí fue el tercero, El prisionero de Azkaban, porque mi tía no sabia mucho de estos libros y pensó que podrían leerse desordenados. Ahora ese es mi libro favorito, a lo mejor porque le tengo mucho más cariño por haber cogido sus páginas primero, o simplemente por el hecho de que empiezan a ser más mayores, al descubrir cosas en la historia increíbles; cosas sobre los padres de Harry, su muerte, sus amigos, Sirius, los dementores, Lupin... en fin. Después, salió la primera película, y aunque no me leí el primer libro, estaba deseando verla. Me pareció increíble. Además, los actores (Por lo menos Emma Watson) tenían la misma edad que yo, y eso me hacía ir creciendo con ellos en cada filme.

Los dos primeros libros llegaron pronto, el cuarto lo devoré en cuanto lo tuve en mis manos, y ya después, tuve que esperar años a que el resto de libros fuesen saliendo poco a poco.

Cuando salió el séptimo, recuerdo que circulaba por Internet una traducción del libro inglés, al español (Porque en Inglaterra había salido mucho antes) y es el primer y único libro que he leído on-line en mi vida, más que nada, porque no podía esperar a tenerlo en mis manos y conocer el final de la saga que tanto me gustaba.

Un pequeño vacío se formó en mi interior al terminar aquel libro. Aún esperaba a tenerlo en mis manos cuando saliese en formato papel en español, pero ya sabía que no habría mucho más. Todo lo demás ya lo tenía. Animales fantásticos y donde encontrarlos y Quidditch a través de los tiempos, los tenía. El primero me lo compré en la edición bonita, el que era de tapa dura, el segundo tardé más en comprarmelo, y ya estaba en la edición menos elegante, de tapa blanda, pero no me importó, me gustaba tenerlos igual. En navidad, ya más mayor, creo que ya superé los 18, me regalaron Los cuentos de Beedle el Bardo, y me encantaron. Siempre me sentía como una niña al coger los libros. han ido creciendo conmigo, los actores de las películas han ido creciendo también conmigo, y eso es algo que no muchas generaciones pueden decir, por no decir que ninguna.

En esta saga hay personajes tan increíbles que es difícil pensar que solo han salido de la cabeza de una mujer, normal y corriente. Por ejemplo, el personaje de Severus Snape, que claramente, Rowling tenía decidido que sería muy importante desde el minuto cero de la saga, es tan complicado, tiene tantos matices, es tan frío pero a la vez tan movido por sus sentimientos. La trama, sobre la pureza de la sangre, sobre la supremacía del mago sobre los muggles que tanto nos recuerda a episodios de la historia de la humanidad tan crueles. El amor, la amistad, que son valores que tienen una importancia verdadera y palpable en el mundo de la magia y a la que le dan tanta importancia... son valores necesarios en la sociedad, y Rowling los inculca, enseñándonos una guerra finalmente cruel, que acaba con la vida de personajes que hemos amado durante muchas páginas.

Hace poco, el día del estreno (15 de Julio en España) fui con unos amigos a ver la última pelicula de Harry Potter y Las reliquias de la muerte, parte 2. Al terminar, el vacío que me había quedado en 2007 con el libro, se hizo más grande. Dejé de ser una niña, por fin, ser adulta me golpeó en la cabeza muy fuerte. Ya se terminó la magia, aunque no me canso de releer los libros mil veces, o ver las películas y sonreír por saber que va a ocurrir después.

Al terminar el séptimo libro, JK Rowling nos dio una pequeña esperanza, contándonos que hicieron después de Hogwarts, como crearon una familia, quienes son sus hijos, que personalidad parecen tener. A mi esa nueva generación de Potter, con Albus. Rose, James, Lily, Hugo, Teddy y Victoire Weasley, me pareció el final perfecto. Los libros no terminan, porque las vidas no acaban nunca. Siguen sus historias aunque no estén impresas en un papel. La vida continua, las cosas siguen adelante. Nosotros seguimos adelante, porque seguimos vivos.

Si alguno no ha leído nunca estos libros o no ha disfrutado con ellos, que se pare a releerlos, porque de verdad, te dejan una pequeña cicatriz en la vida.

Suicidio nº 115

 VOLAR

Mientras vuelas, todo parece más mágico.

Desplegando las alas desde un pequeño árbol, para encontrarte de repente, con todo el mundo a tus pies. Adoro esta sensación de libertad, que sólo se experimenta, cuando tus pies le dicen adiós al suelo que normalmente pisamos y ensucia las suelas de nuestros zapatos. El estómago se pone del revés, la sonrisa queda tatuada en nuestra cara, nuestros ojos brillan y mi cabeza parece explotar de felicidad absoluta. El viento golpeándote en la cara no es más que un incentivo más para querer hacer esto cada día.

Bajo la mirada, de las blancas nubes, al suelo, verde, amarillo, azul en ocasiones por el amplio mar... ¡Y me siento dueña del mundo! ¿A donde quiero ir? ¡Puedo llegar al infinito! No necesito medios de transporte que coarten mi espacio o que me obliguen a pagar un dinero desmesurado. Cuando vuelo, sólo esta el mundo y yo, no hay nadie más que me moleste, no hay nadie a quién rendir cuentas, sólo el mundo, que es bueno y me permite disfrutar de todas sus maravillas de la forma más increíble.

¿No hemos deseado siempre volar? En mis sueños, cada noche se despliega ese deseo insaciable de libertad infinita, parece tan real, que por unos segundos me creo verdaderamente que puedo volar. En mi imaginación nocturna, volar es como caminar, como respirar, es algo que simplemente, se hace y es maravilloso. A veces deseo cerrar mis ojos y darme al sueño, sólo para poder sentir tan real, algo que me hace tan feliz.

Los niños sueñan con volar, no en vano, porque os aseguro es algo mágico. Utilizan utensilios rudimentarios, pero mucho más satisfactorios que nuestros aviones: los columpios, esos portales a sitios mucho mejor, donde saltar es solo volar por un instante, para que nuestro corazón se sienta encogido y embriagado ante tantas cosas bellas que nos esperan abajo, dodne competiciones de quién sube más arriba, es sólo el deseo de no quedarnos atrás en la búsqueda de alcanzar niveles más altos de existencia.

Espero que todas estas palabras confusas sirvan para soñar con volar, para desear ser un ave, una mariposa, un hada, una pluma al viento, y para que nadie nos diga que tenemos  no tenemos que hacer. Yo quiero volar. Y volaré.

Suicidio nº114

 Recuerdos y qué hacer con ellos

La historia de nuestra vida es sencilla. Naces, creces, mueres. Lo que hay en el intermedio, son solo cosas acumulativas. Digo yo, ¿Al final que queda?

Como siempre me decía mi abuelo, al final nos quedan sólo los recuerdos, las fotos, cerrar los ojos y que ante nosotros aparezcan las cosas más felices de nuestra vida. Nuestro primer beso, cuando aprobé la carrera, mi boda, mi primer hijo, ese día tan feliz que me prepararon una sorpresa...

¿Y entonces, porque amontono en mi casa cosas? Yo por ejemplo, colecciono bolas de nieve y me encantan los libros, ¿Para qué ese mogollón de materialidad, si en el fondo sólo quedaré yo? Porque, tenemos que sentirnos felices cada día, esa es la verdad. La felicidad es nuestra razón de vivir. Yo nazco, pero cada día es una aventura, es irrecuperable. Un día puedo tener una excursión al monte, y me traeré una piña de recuerdo... ¡De recuerdo! La guardaré en una pequeña caja, y cada vez que abra esa caja sin querer, y haya olvidado que ahí había una piña, la encontraré, y de golpe,s e abrirá una puerta de mi mente, donde todo ese día aparecerá. De hecho, tendré ganas de buscar en mis álbums las fotos, para ver qué más cosas hice ese día, y lo marcaré "7 de Julio de 2009" y pensaré ¡Vaya! Que día tan genial tuve... 

Porque, en ocasiones hay que ayudar a nuestra cabeza a recordar, y esa es la verdadera razón de que acumulemos. Igual que el traje de boda ¿Para que lo guardan las madres? Pocas hijas van a casarse con el traje de su madre, se guarda para recordar el día, para olerlo, para sentirlo...

No sé si hoy he dejado un poco de hueco y han hecho efectos en mis palabras, para que cada uno de vosotros esté pensando en un objeto que le recuerda a un momento exacto de la vida. Tampoco deber ser un objeto, no es estrictamente necesario. A veces una canción, un perfume, una película, una prenda de ropa... ¡Nos rodean tantos estímulos! Es complicado discernir que es útil y que es prescindible... pero bueno, no os sintáis mal por tener objetos a vuestro alrededor.

Eso demuestra que habéis vivido.

Suicidio nº 113

Iba corriendo sin perder el norte, rápido, sin mirar hacia detrás. Mis pies ardían, iba descalza y cada roca o raíz del camino, se clavaba como un clavo ardiente en mi piel. No hacía falta mirar hacia atrás, porque todo mi destino estaba hacia delante. Había perdido el bolso, las gafas de sol, los zapatos de verano, y mi pañuelo estaba a punto de caer, flotando con la brisa, de mi cuello. Rápido, rápido. No hay que perder ni un segundo. SOn solo cosas materiales, las verdaderamente importantes, son las que corren por debajo de mi piel y laten con fuerza en mi pecho. Corro rápido por las cosas que importan y me dan la vida. Y tú, definitivamente, me das la vida a cada segundo, con cada aliento, con cada sonrisa. Eso me hace sonreír e ir más deprisa.

No llegaré a tiempo. O sí, no lo s.e He perdido también mi reloj en esta batalla que libro yo sola contra el mundo.

Si, falta un poco. A lo lejos lo oigo. El río, suave, corriendo más rápido que yo, la cascada callendo como si no importase el paso de los días y simplemente, aguardara a que el mundo terminase por fin. Allí estarías tu, espero. Hago un último esfuerzo y mis pies gimen de dolor.

Paro en seco. Llegué. He llegado. No te veo. No... Me arrodillo lloranod en silencio, ni siquiera me quedan fuerzas para un gran llanto, sólo para lo justo para derramar todo mi amor.

Me has tocado el hombro, sobresaltándome. Una exclamación muda aparece en mi cara. Mis ojos se abren al máximo para captar toda tu imagen, tu sonrisa, tu pelo.

Primero mereces un golpe en el hombro, por esos segundos de sofrimiento. Tu sabes que los mereces y te dejas. Sonríes y me besas, después me recuesto sobre tu regazo, como una niña pequeña. Es lo que quiero ser el resto de mi vida, tu niña.