15/8/11

Suicidio nº 117

 Hermana

Por si acaso no recuerdas mis abrazos, te diré que siguen ahí aunque creas que ha sido tarde. Tarde, para darte cuenta de todo lo que hemos vivido juntas, y tarde para que mi amor siga siendo por ti tan puro como siempre. Sería una tontería pensar eso. El amor que sentimos la una por la otra es imposible romperlo, esta más allá de la vida y de la muerte, está más allá de la gente que conozcas a tu alrededor, o de aquellos que aparezcan de pronto en tu vida. Lo llevamos en la sangre. El amor de hermanos es lo único que perdura eternamente.No importará cuantas veces nos gritemos, no importará si me rompes lo que yo más quiero o si me dices que me odias. Todas esas cosas se pierden por la rabia y la furia, después del vendaval viene la calma, allí donde vemos las estupideces que hacemos y donde nos arrepentimos en lo mas hondo de nuestro corazón por nuestras palabras feas, o nuestros actos irracionales.
Yo también tengo de esos momentos, pero te quiero aún así. También te he gritado, alguna vez nos hemos tirado del pelo, y cosas que duelen más que los simples hechos físicos, pero nunca, nunca, te mentiría, nunca. Nunca te dejaría a la deriva.
Podríamos pasarnos años enteros sin hablar, años sin una llamada, aunque me rompería el corazón, te recibiría con los brazos abierto y con más ganas que nunca de estar a tu lado siempre. Sé que tu te sientes igual, porque has estado conmigo en los momentos más duros de nuestra vida, juntas, esperando esa palabra o esa caricia que solo tu podrías darme, y que yo sólo podría darte a ti.
Somos una parte de un mismo corazón, un corazón que jamás dejará de latir, y que nadie más comprenderá porqué es tan especial, si no tiene un hermano sobre el que apoyar todo el peso del mundo, y sobre el que llorar cuando todo parece ir mal.
Espero que lo tengas en cuenta, cuando necesites llamar a mi puerta. Nunca la he cerrado para ti.

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