16/8/11

Suicidio nº 118

 TROZOS

Partirse un trozo de tu corazón es más sencillo de lo que piensas.
Hay veces que nos sentimos abandonados y no sabemos muy bien como hemos llegado hasta ese punto. Yo soy una de esas personas. En un instante de tu vida lo tienes todo y al siguiente paso nada. Creo que yo soy experta en perder en el juego de vivir, pero vamos, esta vez, creo que me he superado. No sé como he soportado todo lo que he aguantado. Creo, que por el fantasma del amor. Creía que el amor lo podía todo, me tenía cegada por una venda de mentiras y engaños. No he podido soportarlo más, he tenido que zanjar esto de una vez por todas. La gente me mira al pasar. No me extraña. Mis ojos, normalmente azules muy intensos, sonrientes, llenos de vida, estaban muy enrojecidos e hinchados por el llanto. No es malo, ojalá no me mirasen todos con tanta compasión. Me gusta terminar llorando, porque así puedo descargar la ira, la rabia, y todo los sentimientos negativos que inundan mi alma.
Tengo ganas de estampar el teléfono. Ni una llamada, ni una. Esta claro que no le ha importado mi marcha. No se habrá dado ni cuenta de que en esa casa no he dejado nada mio, más que mi ausencia. Y ni una llamada. Eso es lo que siempre más me ha frustrado ¿No soy nada para él? ¿A que juego he estado jugando de auto engaño? Mejor dejar de pensarlo. En la primera papelera que veo, el móvil encuentra su destino. Ahora no viviré preocupada de que me llame, de sus palabras, de su voz, de que se tome unos minutos de molestia para hablar conmigo, de preguntarme que tal estoy, de darme las gracias por seguir a su lado.
Con esto me siento liberada, puedo respirar bien hondo. Me volverán a hacer daño, sin duda, pero estaré más alerta, no van a tomarme el pelo tanto tiempo.
Recompondré mi corazón con tiritas, con celo, con grapas, con cualquier cosa que encuentre, porque sé que él no va a venir a repararlo, no le importa su estado. Pues desde este instante, él ha dejado de importarme a mi.
No es algo personal, es que hoy he tomado las riendas de mi vida.

No hay comentarios: