7/3/12

Suicidio nº 152

TROZOS DE CRISTAL
Y tantas veces que le dí vueltas, no le encontré solución. Lancé la botella lejos de mi, hacia el otro lado de la pared. Estalló en mil pedazos, asustando al furtivo gato que compartía piso conmigo. El único ser vivo que por lo visto, contaba conmigo o le importaba lo más mínimo. Aunque claro está, ese estúpido gato solo me hacía caso por el interés de una comida cada día. Como todos.

Ahora ya no sé en donde encontrar alivio. Pensaba que el alcohol por mi sangre sería un remedio para todo mal, pero en lugar de eso, me ha hecho sentir peor. Gracias al cielo he desconectado el teléfono y guardado bajo llave la batería. Si no, ya estaría marcando su número como una estúpida. Porque soy débil, débil, débil. Sabía que la solución tenía que estar frente a mi. pero por desgracia no había forma de encontrarla.

Me levanté apesumbrada y algunos trozos de cristal se clavaron en mis desnudos pies. El dolor físico no me hirió en absoluto. Estaba demasiado desangrada espiritualmente como para notar aquello. Seguí caminando hasta caer de bruces encima de mi cama. Olía a él y a mi. Parecía increíble. Solo unas horas antes estábamos aquí, dando rienda suelta a nuestra pasión. Ahora estaba aquí yo sola, derramando lágrimas y gritando en silencio para vaciar el peso del dolor.

Rodé hasta quedar boca arriba. Si. Sólo había una solución posible. Era evidente. Sonreí, ¿Cómo no lo había visto antes?

Cogí uno de los cristales más grandes del suelo y abrí unas lineas verticales y perfectas en mis muñecas. Me senté contra la pared a esperar que la vida saliese de mi poco a poco.

No hay comentarios: