15/1/13

Suicidio n 224

Amor es una palabra que se dice muy a la ligera.

Recapitulemos. Me encuentro dentro de un pequeño armario, totalmente en pánico, porque no se como afrontar una situación, que ni siquiera tengo que resolver ahora mismo. Todo esto comenzó el lunes, mi primer día de trabajo en mi nuevo curro en una cafetería un poco cutre. No es que me avergüence , al menos hago algo, pero la verdad no pensaba durar mucho aquí, por lo que digo: cutre. Llegue sin muchas expectativas mi nuevo uniforme sobrio, un delantal y una bandeja adornando mi brazo. Ya he trabajado como camarera antes, aunque lo cierto es que después de mis últimos trabajos pensé que no volvería a esto. Pero no nos salgamos del tema.

Era mi primer día, el trabajo iba con tranquilidad y mis compañeros eran agradables. Yo ni quería nada más, con eso bastaba. Pero de pronto, ÉL entró. Me sentí como en una película de las americanas, esas donde todo va a cámara lenta y con una iluminación un poco ordinaria. Pensé que era normal, hay mucha gente atractiva por el mundo, y no iba a dejar de interesarme los hombres sólo por una mala (malísima, horrible) experiencia. No me tocaba a mi esa zona, pero Miriam iba muy expresada y me pidió que yo le sirviera.
-Buenas tardes, ¿que desea?

Ahí es cuando sufro mi segunda estocada. Una sonrisa resplandeciente, sincera y encantadora. Y decididamente no me voy a poner a hablar de su ojos, por muy increíbles que sean. Él resto fue una cortés relación cliente-camarera. Se tomó un café con leche y se marchó. Pensé que ahí terminaba aquella extraña situación, pero al día siguiente, volvió.

A los dos días, volvió.

Así pasó una semana,  viniendo cada día a la misma hora, café con eché, sonrisa, juego de miradas y siempre, sirvientes yo. Mis compañeros se dieron cuenta y me hicieron ver que antes de llegar yo, él no era un habitual. Yo me reí pero, él lunes siguiente, apareció con un pequeña nota que me pasó disimuladamente, sin que nadie más lo viera. Era un teléfono. Empezamos a mandarnos wasaps como si tal cosas, hablamos de mil cosas, y aquí es donde caí iluminada, era muy inteligente y dulce.

Hablamos de quedar, y me pareció maravilloso. Aquí estoy ahora, decidiendo que estoy haciendo, a un par d horas de quedar con el, y metida en mi armario. Genial.

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